La mayoría de la gente se levanta de una manera incorrecta y eso puede afectar el resto del día muy negativamente.
Por muy contradictorio que pueda parecer, es necesario relajarse todas las mañanas al levantarse.
Así que aquí te vamos a enseñar una de las formas adecuadas para comenzar el día con buen pie.
Despertarse Correctamente
- Al despertarse por las mañanas no se debe abrir los ojos a medias ni estar en demasiada oscuridad. Más bien deben abrirse completamente y, a ser posible hacia, un póster, cuadro o ventana con algo bello.
- Una vez abiertos los ojos y situándonos boca arriba (si no lo estábamos), estiraremos las piernas todo lo que podamos hacia la dirección a la que apuntan. Cuando consideres que ya te has estirado lo suficiente y que las piernas están más relajadas, pasa al paso siguiente.
- Después, siéntate en la cama y estira los brazos como hiciste con las piernas, pero dirígelos hacia arriba.
- A continuación, bosteza y, si te lo pide el cuerpo, frótate los ojos.
- Cuando consideres que has terminado el paso anterior, levántate y junta las piernas. Ahora vas a realizar rotaciones de rodillas en la dirección de las agujas del reloj al principio, y al contrario al final, en igual proporción.
- Después, arquea la espalda y sitúa durante un rato las manos en los riñones. Así ya estarás listo para comenzar el día de una manera despierta y más optimista.
Arrancar Saludablemente
Te invitamos a conseguir deshacerte de la pesadez del día a través de un ejercicio preventivo que ayudará no sólo a tu cuerpo a través del estiramiento sino también a activar tus centros energéticos.
Este ejercicio es muy fácil de realizar, sea cual sea tu estado corporal. Para ello, deberás realizar lo siguiente:
La posición de partida será de pie, con las piernas abiertas a la altura de los hombros y un poco flexionadas. Brazos y hombros caídos y relajados.
- Comenzaremos a inspirar profundamente.
- Cuando hayamos inspirado todo lo profundo que podamos, iremos espirando poco a poco a la vez que nos vamos doblando por la cintura, bajando nuestro tronco y brazos hasta poder llegar a tocar el suelo con los dedos. Si no tienes la suficiente flexibilidad, no te preocupes, estírate hasta donde puedas.
- Cuando hayas llegado hasta abajo y ya hayas expulsado todo el aire, comenzarás a levantar el tronco y los brazos subiendo suavemente, a la vez que vas inspirando. Así, poco a poco, sigue estirando tu tronco hacia arriba junto con tus brazos y palmas de la mano estiradas, de manera que termines el ciclo de inspiración un poco antes de que tus manos se toquen por encima de tu cabeza y tu tronco esté completamente estirado.
- Después, ya con el cuerpo lo más estirado hacia arriba posible, haz que tus manos se toquen por encima de tu cabeza mientras ésta se echa despacio hacia atrás, a la vez que vas exhalando de un modo natural. Termina el proceso con la cabeza lo más hacia atrás que te sea posible y con la boca abierta. Mantente así durante unos instantes y después vuelve a la posición inicial.
Realiza este ejercicio todas las mañanas después de haberte levantado y antes de desayunar. Verás como te vitalizará el resto del día.
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Una vez que hayas puesto en práctica estos ejercicios, vuelve aquí y déjanos tu comentario 🙂