Hoy te enseñamos 10 Tips para decirle Adiós a las Cargas Emocionales. ¡Esperamos que te sean útiles y las disfrutes!
En el transcurso de nuestra vida experimentamos sentimientos nocivos que quedan latentes en la memoria vital. El lastre emocional debe ser depurado.
Deja afuera los rencores, las aflicciones, los miedos y los conflictos.
10 Tips para Liberarse de las Cargas Emocionales
1. Hay que potenciar aquello que deseas atraer y tu mente te llevará de la mano al ámbito emocional y podrás lograrlo
Este es el primer tip para librarte de tus cargas emocionales. Con afirmaciones positivas alcanzaremos permutar el pensamiento: “puedo hacerlo”, “me quiero”, “yo valgo”…
Es necesario creerse esas palabras e interiorizarlas para que surtan efecto. La ansiedad se nutre de los pensamientos negativos ya que éstos generan una ingente cantidad de malestar.
2. Construir nuestros objetivos
No podemos prever el futuro pero sí tenemos la oportunidad de gestionar los objetivos, así ganamos confianza.
3. Vemos el mundo según nuestro estado interior: cuánto más optimistas seamos para interpretar lo que nos ocurre, mejor valoración obtendremos de nosotros mismos, eso es autoestima.
¿Te ha ocurrido que te levantas con el pie derecho y todo parece girar en una sincronía perfecta y deliciosa? La diferencia es la actitud con la que nos enfrentamos cada nuevo día..
La definición original de 1890 presentaba a la autoestima como un promedio entre los éxitos logrados y las pretensiones que uno tenía, o sea cuanto se logra y cuanto se falla.
Ya en los años 60, Morris Rosenberg la definió como un sentido estable de la valoración personal.
Esta definición fue la más usada en investigación, pero tenía el problema de los límites de la misma, ya que la autoestima no era distinguible del simple fanfarroneo.
Y para 1969, Nathaniel Branden definió a la autoestima como “la experiencia de ser competente para arreglárselas con los desafíos básicos de la vida y ser digno de la felicidad”.
Una forma de lidiar con el problema de que sólo se estime el valor.
4. La voluntad debe ser la chispa que nos conduzca a la acción.
Para tener una buena predisposición a la acción hay que ser receptivo, priorizar los pasos a seguir y visualizar positivamente cada meta u objetivo.
Voluntad es nuestra capacidad para decidir si ejecutamos una acción o no.
5. Es necesario perder el miedo a avanzar accediendo a nuevos conocimientos
Una “zona de confort” es donde nos sentimos seguros y protegidos. Pero este ámbito puede conllevar miedo a lo desconocido.
Y nos puede sumergir en un aislamiento vital nada aconsejable. Para vivir la vida en plenitud es necesario explorar nuevos horizontes que nos proporcionen nueva sabiduría y madurez personal.
Cuando decidimos dejar que la vida nos sorprenda, sin miedos remolones, accedemos a lo que se conoce como “zona de aprendizaje”.
6. Autoconfianza: rumbo al bienestar
La autoconfianza es el convencimiento íntimo de que uno es capaz de realizar con éxito una determinada tarea o misión, o bien elegir la mejor alternativa cuando se presenta un problema, es decir tomar la mejor decisión.
La autoconfianza comienza se desarrollarse ya desde la niñez, pero es un rasgo que siempre se puede desarrollar o bien superar si la persona pone empeño.
Es la capacidad de actuar con independencia del juicio de los demás, es decir tener fe en que aunque los demás no estén de acuerdo o incluso se opongan, seguir adelante con el proyecto elegido.
Todo lo anterior se traduce en que la persona segura de sí misma es capaz de tomar desafíos y asumir riesgos, de jugársela por lo que cree o lo que siente justo.
Así, sus posibilidades de vivir nuevas experiencias se ven acrecentadas, permitiéndolo un mayor crecimiento personal, y muchas veces también un nuevo reaseguramiento de su forma de conducirse.
8. Necesitamos admitir un mal episodio para poder ir dejándolo atrás, poco a poco.
Hemos de pasar página de todas esas pérdidas, relaciones, desengaños, malestares, temores, relaciones y heridas sentimentales.
El dolor forma parte de esos malos momentos pero el sufrimiento debe ser gestionado.
9. Las críticas: cómo diferenciarlas
Es a través de las criticas que los seres humanos manifestamos nuestras opiniones personales sobre un tema y juzgamos la belleza, la fealdad, la maldad de una persona o acontecimiento.
La diferencia entre una crítica constructiva o destructiva radica en la intención, las palabras que se usan y la forma de decirla.
Por esta razón, cuando emitamos una crítica deberemos ser prudentes y dejar evidente el aprecio y también el respeto. Este punto es clave para relajar nuestra implicación emocional durante el día a día.
Muchos estudios orientados a descubrir el comportamiento humano, han concluido que la crítica constructiva es ampliamente positiva en contextos y equipos de trabajo.
Cuando las personas comprenden que la crítica no es algo personal contra el trabajo o la forma de ser de alguien contribuirá a mantener la unidad, sinergia y fortalecer relaciones entre los integrantes de un equipo.
10. Es vital saber comunicarnos
Este es el último tip para librarte de tus cargas emocionales. Durante el proceso de comunicación, los sujetos involucrados se influyen mutuamente.
Es decir, interactúan sus subjetividades a través de los procesos de externalizar e internalizar. La calidad de la comunicación puede determinar el tener una vida plena o un rosario de conflictos.
Las formas y el contenido de la comunicación se determinan por las funciones sociales de las personas que entran en ella, por su posición en el sistema de las relaciones sociales y por su pertenencia a una u otra comunidad o grupo.
Se regulan por los factores relacionados con la producción, el intercambio y el consumo, así como por las tradiciones, normas morales, jurídicas e institucionales y servicios sociales.
La posibilidad de un verdadero diálogo, aprendizaje y cambio depende de que exista una alta capacidad de aportar datos para afirmar lo que se piensa, con una alta capacidad igualmente elevada para estar dispuestos a escuchar a continuación, y llegar a modificar cualquier idea que sea necesaria.
El saber escuchar es una habilidad que reporta sustanciales recompensas: aumento en la producción y la comprensión, renovada capacidad de trabajo y aumento de la eficacia, reducción de la pérdida de tiempo y de materiales.
Al tomar mayor conciencia sobre el proceso de escucha, el individuo se vuelve más confiable y logra entablar buenas relaciones, al tiempo que aprende a reconocer el verdadero propósito que subyace en los mensajes de los demás.
La asertividad, es una habilidad fundamental para el establecimiento de las relaciones interpersonales.
Cuando hablamos de aprender a ser asertivos, me refiero a promover el desarrollo de las habilidades que nos permitirán ser personas directas, honestas y expresivas en nuestras comunicaciones.
Susan Castro Rodríguez
http://letralia.com/firmas/castrorodriguezsusan.htm