Te damos la bienvenida al Anexo IV de este Tratamiento Metafísico para la Prosperidad. ¡Deseamos que lo disfrutes a pleno!
El Temor a la Enfermedad
Este temor tiene sus orígenes en la herencia, tanto física como social.
Sus orígenes están estrechamente asociados con las causas del temor a la vejez y a la muerte, porque le conduce a uno al borde de “mundos terribles” de los que el ser humano no sabe nada, pero acerca de los cuales se le han contado historias inquietantes.
También existe la opinión generalizada de que ciertas personas poco éticas se han embarcado en el negocio de “vender salud” por el método de hacer temer a la enfermedad.
El temor del ser humano a la enfermedad procede de las terribles imágenes que se han implantado en su mente acerca de lo que puede suceder si la muerte le llega.
También la teme por la carga económica que puede representar. Un destacado médico estimó que el 75 % de los pacientes sufre de hipocondría (enfermedad imaginaria).
Se ha demostrado, del modo más convincente posible, que el temor a la enfermedad, aun cuando no exista la menor causa, suele producir los síntomas físicos de la enfermedad temida.
¡La mente humana es muy poderosa! Construye o destruye. Los fabricantes de medicamentos han hecho enormes fortunas jugando con esa debilidad del temor a la enfermedad.
A través de una serie de experimentos llevados a cabo hace algunos años, se demostró que la gente puede enfermar por sugestión.
Se ha llevado a cabo este experimento haciendo que tres conocidos visitaran a las “víctimas”, haciéndole a cada una de ellas la siguiente pregunta: “¿Qué te aflige? Pareces terriblemente enfermo”.
El primero en hacer la pregunta no solía provocar en la víctima más que una mueca de disgusto y un casual: “Oh, nada, estoy muy bien”.
El segundo solía encontrarse con la siguiente respuesta: “No lo sé con exactitud, pero me encuentro mal”.
La víctima admitía ante el tercero que se encontraba enferma. Si lo dudas, intenta hacer lo mismo con un conocido, pero no lleves el experimento demasiado lejos.
Hay pruebas abrumadoras de que la enfermedad suele comenzar en forma de un impulso de pensamiento negativo.
Tal impulso puede pasar de una mente a otra, por sugestión, o ser creado por un individuo en su propia mente.
Los médicos aconsejan un cambio de clima a sus pacientes en beneficio de su salud, cuando lo realmente necesario sería un cambio de “actitud mental”.
La semilla del temor a las enfermedades anida en cada mente humana.
La preocupación, el temor, el desánimo, la desilusión en el amor y el fracaso en los negocios permiten que esta semilla germine y crezca.
Las desilusiones en los negocios y en el amor se encuentran a la cabeza de la lista de causas de temor a la enfermedad.
Síntomas del Temor a la Enfermedad
Los síntomas de este temor casi universal son:
Autosugestión
El hábito del uso negativo de la autosugestión que se dedica a buscar y espera encontrar los síntomas de toda clase de enfermedades. “Disfrutar” de enfermedades imaginarias y hablar de ellas como si fueran reales.
El hábito de probar todas las “manías” y “modas” recomendadas por los demás, considerándolas como algo que tiene valor terapéutico. Hablar a otros de operaciones, accidentes y otras formas de enfermedad.
Experimentar con dietas, ejercicios físicos, y sistemas de reducción de peso sin guía profesional. Probar remedios caseros, medicamentos patentados y remedios de “charlatanes”.
Hipocondría
El hábito de hablar de la enfermedad, concentrando la mente en ella y esperando su aparición hasta que se produce un colapso nervioso.
Nada que se venda en botellas puede curar este estado. Se produce como consecuencia de un pensamiento negativo y la curación se logra sólo mediante un pensamiento positivo.
Se dice que la hipocondría (un término médico para referirse a la enfermedad imaginaria) produce tanto daño como la enfermedad que se teme tener.
La mayoría de los casos denominados “nerviosos” no son sino enfermedades imaginarias.
Ejercicio
El temor a la enfermedad interfiere a menudo con un ejercicio físico adecuado, y tiene como resultado el exceso de peso, haciendo que uno evite la vida al aire libre.
Susceptibilidad
El temor a la enfermedad quiebra la resistencia natural del cuerpo y crea en él un estado favorable para cualquier forma de enfermedad con la que uno pueda ponerse en contacto.
El temor a la enfermedad suele estar relacionado con el temor a la pobreza, en especial en el caso del hipocondríaco, que se preocupa constantemente por la posibilidad de tener que pagar las facturas del médico, del hospital, etc.
Este tipo de persona pasa mucho tiempo preparándose para la enfermedad, hablando de la muerte, ahorrando dinero para el cementerio y los gastos del entierro, etc.
Autoconsentimiento
Hábito de buscar un poco de simpatía con el señuelo de una enfermedad imaginaria (la gente recurre a menudo a este truco para evitar acudir al trabajo).
Hábito de fingir una enfermedad para justificar lo que no es más que pereza, o de hacerla servir como una justificación de lo que sólo es falta de ambición.
Falta de moderación
Hábito de usar alcohol o narcóticos para eliminar dolores como los de cabeza, las neuralgias, etc., en lugar de buscar y eliminar la causa.
El hábito de interesarse por las enfermedades y de preocuparse por la posibilidad de verse afectado por una de ellas, así como el de leer los textos de los anuncios de medicamentos patentados, son aspectos del temor a la enfermedad.
Y así finalizamos el Anexo IV del Tratamiento Metafísico para la Prosperidad.
