Lo que Dice la Ciencia
Meditar para Sanar (Extracto del Articulo por ÁNGELES LÓPEZ)
Las terapias alternativas están de moda y parece que cada vez hay más evidencias científicas para recurrir a ellas. Este es el caso de la meditación ya que, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Wisconsin, esta técnica produce más anticuerpos (los agentes defensivos de nuestro organismo) que los que se consiguen con la vacuna de la gripe. Además, su práctica activa zonas cerebrales relacionadas con las emociones positivas.
“Hay que empezar por la respiración”, explica Enriqueta Guiloni, directora de los Centros de Retiro Keajraland, o tierra pura, que se encuentran en las faldas de Sierra Nevada, Granada. “Así, empezamos a habituarnos a que nuestro cerebro se centre sólo en una cosa: la respiración”. De esta forma el pensamiento se hace más tranquilo y la persona se relaja, “esto se nota en el habla, en su comportamiento e incluso en su trabajo”, comenta Enriqueta.
Datos objetivos
La base científica de este proceso viene explicada por la investigación llevada a cabo por el doctor Richard J. Davidson y sus colaboradores de la Universidad de Wisconsin. En este estudio, publicado en la revista ‘Psychosomatic Medicine’, participaron 14 empleados de una compañía de biotecnología que recibieron clases de meditación durante una semana y otros tantos que no lo hicieron. También se les pidió que la realizaran en su hogar durante una hora diaria seis días a la semana, con la ayuda de instrucciones grabadas en cintas de audio. Además, todos ellos recibieron la vacuna de la gripe durante ese periodo.
Davidson y sus colaboradores registraron la función eléctrica del área izquierda y frontal del cerebro que suele estar más activa cuando la persona experimenta determinadas formas de emociones positivas y una menor ansiedad.
Los investigadores midieron esta actividad cerebral en diferentes ocasiones, mientras los empleados descansaban o cuando escribían experiencias de su vida tanto negativas como positivas. También analizaron la respuesta del sistema inmunológico entre los participantes determinando el nivel de anticuerpos producidos tras la vacuna de la gripe.
Después de ocho semanas, aquellos empleados que habían practicado la meditación durante todo ese tiempo presentaban más actividad eléctrica en las áreas cerebrales relevantes y mayor nivel de anticuerpos que aquellos participantes que no habían recibido entrenamiento para meditar. El aumento de la actividad cerebral también se relacionó con el incremento de anticuerpos entre los meditantes.
“Nuestros resultados indican que un corto programa de entrenamiento para meditar, de forma no muy avanzada, muestra efectos sobre el cerebro y el sistema inmunológico y subrayan la necesidad de nuevas investigaciones sobre las consecuencias biológicas que tiene este tipo de intervención”, explica el Dr. Davidson.
La meditación puede ayudarnos a mejorar nuestra salud y a conseguir paz, “lo que todos buscamos, pero sin tener que dejar nuestra vida cotidiana, y también libertad para poder vivir en armonía con nosotros mismos”, afirma el maestro Tharpa que concluye que casi todas las personas que asisten a un curso de este tipo repiten porque “ven que funciona”.
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