Te damos la bienvenida al Día 3 de este Tratamiento Metafísico para la Salud. ¡Deseamos que lo disfrutes a pleno!
Introducción: Decretos y Afirmaciones Positivas
Lee en voz alta, entre 1 a 3 veces por día.
¡Yo (mi nombre y apellido) gozo de Excelente Salud y Soy Feliz!
¡Disfruto de una Salud Perfecta y vivo en constante Bienestar!
¡Creo Paz en mi Espíritu, Claridad en mi Mente y Salud en mi Cuerpo!
¡La Salud Perfecta es el estado natural de mi Ser!
¡Estoy rodeado de personas Saludables y Felices!
¡Estoy Feliz y Sano! ¡Vivo Feliz y plenamente!
¡La Vida sólo me pide Ser Feliz! Por eso…
¡Soy Muy Feliz, Aquí y Ahora!
¡Gracias, gracias, gracias!
Lectura del Día
En este Día 3 del Tratamiento Metafísico para la Salud indagaremos sobre cuál es tu verdadero problema. ¡Que lo disfrutes!
¿Cuál es tu problema?
Repite con nosotros: “No hay peligro en mirar hacia adentro. No hay peligro en mirar hacia adentro. No hay peligro en mirar hacia adentro.”
Entonces, comencemos a mirarnos…
¿Cuál es tu problema? ¿El cuerpo no te funciona? ¿Te duele, te sangra, te molesta, supura, se te tuerce, se te hincha, cojea, te arde, envejece, ve mal, oye mal, es una ruina, etc. y etc.?
¿O quizás tus relaciones no funcionan? ¿Tus finanzas no funcionan? En general, ¿tu vida no funciona?
¿Jamás consigues hacer lo que quieres? ¿No puedes contentar a nadie? ¿No sabes lo que quieres? ¿Nunca te queda tiempo para ti? ¿Tus necesidades y deseos siempre quedan postergados?
¿Si haces algo no es más que por complacer a otros? ¿No eres más que un felpudo? ¿A nadie le importa lo que tú quieres? ¿No tienes talento? ¿No eres capaz de hacer nada bien?
¿O no haces más que postergar decisiones? ¿A ti nada te sale bien? Y etc., etc., etc., ingresando aquí cualquier otra queja que se te ocurra. Porque aunque suene duro, es así: son sólo quejas.
Realmente, creemos que conocemos nuestro problema, pero sólo emitimos quejas que no son más que el efecto externo de formas de pensar, que son internas.
Por debajo de las pautas internas del pensamiento se oculta otra pauta, más profunda y fundamental, que es la base de todos los efectos externos.
Las ideas y las palabras crean nuestras experiencias futuras. Las palabras que pronunciamos son indicadores de lo que interiormente pensamos.
A veces, las palabras que pronunciamos no cuadran con las experiencias que describimos. No estamos en contacto con lo que realmente sucede, o nos estamos mintiendo.
Y cualquiera de las alternativas es un punto de partida, y nos proporciona una base desde la cual comenzar.
¿Qué te parece si adelantamos la ejercitación? ¡Vamos!
Ejercicio 1: Debería
- Agarra un bloc y un bolígrafo y escribe en lo alto de la página: DEBERÍA.
- Se trata de hacer una lista de cinco o seis maneras de terminar esa oración. Tómate el tiempo necesario para hacer esta parte del ejercicio antes de proseguir.
- Una vez finalizada la lista, ve leyendo las frases una a una, comenzando cada oración con un “Debería…”, y a medida que las van leyendo, pregúntate “¿Por qué?”. Escribe la respuesta.
Puede ser que tus respuestas hayan sido similares a… “Porque me lo dijo mi madre.” “Es que me daría miedo no hacerlo.” “Porque tengo que ser perfecto.” “Es lo que tiene que hacer todo el mundo.” “Porque soy demasiado perezoso, demasiado alto, demasiado bajo, demasiado gordo, demasiado tonto, o delgado, feo, inútil…”.
Esas respuestas te enseñan cuál es el punto en que estás atascado en tus creencias, y cuáles crees que son tus limitaciones.
Hablemos ahora del “Debería”, la cual es una de las palabras más dañinas de nuestro lenguaje. Cada vez que la usamos estamos hablando de una “equivocación”. Decimos que estamos equivocados, o que lo estuvimos o que lo estaremos.
No necesitamos más equivocaciones en nuestra vida. Lo que necesitamos es tener más libertad de elección.
Hagamos desaparecer para siempre de nuestro vocabulario la palabra “debería”, y reemplacémosla por “podría” o “elijo”. “Podría” nos permite una opción, y nunca nos equivocamos. “Elijo” nos da poder y nos hace responsables.
¡Continuemos con la ejercitación!
Ejercicio 2: Podría
- Vuelve a leer las frases de la lista de los “Debería”, una a una, pero esta vez empieza cada oración diciendo: “Si realmente quisiera, podría…”.
- Mientras vas respondiendo, pregúntate “¿por qué no lo he hecho?”, y escribe la respuesta.
Aquí podemos encontrar respuestas reveladoras, como por ej.: “porque no quiero”, “tengo miedo”, “no sé cómo”, “porque no sirvo para nada”, etc.
Con frecuencia hay personas que se reprochan desde hace años algo que, para empezar, jamás quisieron hacer. O que se critican por no hacer algo que en realidad no fue idea de ellas, sino de otra persona que alguna vez les dijo que “deberían…”.
Fíjate en toda la gente que durante años intenta estudiar una carrera que ni siquiera les gusta, sólo porque los padres les dijeron que deberían ser dentistas o maestros.
Piensa cuántas veces nos hemos sentido inferiores porque cuando éramos niños nos dijeron que deberíamos ser más despiertos o más ricos, o más creativos, como el tío tal o la prima cual…
Ejercicio 3: Tacho y Elijo
- Ahora que te das cuenta de esto, ya puedes ir tachando o borrando aquello de tu “lista de deberías” que no te corresponde. ¿Qué tienes en tu “lista de deberías” que ya podrías ir tachando con sensación de alivio? ¡Hazlo ahora!
- De las que queden en tu lista, reescríbelas iniciando cada oración con la frase “Yo elijo…”. Recuerda que el elegir te da poder y te hace responsable de tu vida.
Ahora puedes empezar a considerar tu vida desde un ángulo nuevo y diferente. Darte cuenta de que mucho de lo que pensabas que deberías hacer son cosas que tú jamás habías querido hacer, y que al intentarlo sólo procurabas complacer a alguien.
En muchos casos, te das cuenta de que si no haces lo que quieres es porque tienes miedo de no ser lo bastante capaz. Ahí el problema ha empezado a cambiar.
Has conseguido que inicies el proceso de dejar de sentir que “estás equivocado” porque no estás ajustándote a ninguna norma externa. Y has elegido aquello que realmente quieres para tu vida.
Cuando somos pequeños, de las reacciones de los adultos que nos rodean aprendemos nuestras creencias y nuestros sentimientos hacia nosotros mismos y hacia la vida.
Sean cuales fueren esas creencias, al crecer las reeditaremos como experiencias. Sin embargo, se trata solamente de formas de pensar, de ideas.
Y el momento de elección y de poder es siempre el presente. ¡Los cambios se pueden iniciar en este mismo momento!
Ejercicios
Ya los hiciste con la lectura. ¡Felicitaciones!
Cierre: Tratamiento de Sanación Interior
Relee este tratamiento varias veces por día.
En la infinitud de la vida, donde estoy, todo es perfecto, completo y entero.
Creo en un Poder mucho mayor que yo, que fluye a través de mí en cada momento del día.
Porque sé que en este Universo hay solamente Una Inteligencia, me abro a la sabiduría interior.
De esta Única Inteligencia provienen todas las respuestas, toda curación, todas las soluciones, toda creación nueva.
En ese Poder y esa Inteligencia confío, sabiendo que todo lo que necesito saber se me revela y que todo lo que necesito me llega en el momento, el lugar y el orden adecuados.
Todo está bien en mi mundo.
Me gusta mucho aprender y leer me reconforta me nutre .y saber que uno puedes hacer bien las cosas .y ser positivo