Te damos la bienvenida al Anexo VIII de este Tratamiento Metafísico para la Prosperidad. ¡Deseamos que lo disfrutes a pleno!
El Desastre del Pensamiento Destructivo
Las vibraciones del temor pasan de una mente a otra con la misma rapidez y seguridad con que el sonido de la voz humana pasa de la emisora de radio al receptor.
La persona que expresa los pensamientos negativos o los destructivos mediante las palabras puede estar casi segura de experimentar los resultados de esas mismas palabras en forma de “golpes en retorno” destructivos.
La emisión de impulsos de pensamiento destructivo también produce, por sí sola, sin ayuda de las palabras, una reacción de “golpes en retorno” que se pone de manifiesto en muchas formas.
En primer lugar, y quizás esto sea lo más importante a recordar, la persona que emite pensamientos de naturaleza destructiva tiene que sufrir un grave daño como consecuencia del desmoronamiento de la facultad de la imaginación creativa.
En segundo término, la presencia de cualquier emoción destructiva en la mente desarrolla una personalidad negativa que repele a los demás, y que, a menudo, los convierte en antagonistas.
La tercera fuente de daño para la persona que tiene pensamientos negativos o que los emite radica en el hecho significativo de que esos impulsos de pensamiento no sólo son nocivos para los demás, sino que impregnan el subconsciente de la misma persona que los emite, y terminan por llegar a formar parte de su propio carácter.
Su misión en la vida es, presumiblemente, alcanzar el éxito. Para conseguirlo, debe encontrar la paz mental, adquirir los materiales necesarios para la vida y, por encima de todo, alcanzar la felicidad.
Todas estas evidencias de éxito empiezan en forma de impulsos de pensamiento.
Puedes controlar tu propia mente, dispones del poder para alimentarla con aquellos impulsos de pensamiento que prefieras.
Con este privilegio también va la responsabilidad de utilizarlos de forma constructiva.
Eres el dueño de tu propio destino terrenal. Con la misma certeza y de la misma forma que tienesel poder para controlar tus propios pensamientos.
Eres capaz de influir, dirigir y controlar tu propio ambiente, haciendo que tu vida sea aquello que deseas.
O bien puedes descuidar el ejercicio de ese privilegio, que es exclusivamente tuyo, para que tu vida se encuentre sometida.
Y, por lo tanto, a merced de las “circunstancias”, que te arrojarán de un lado a otro, como si fuera una tabla a merced de las olas del océano.
El Taller del Diablo
Además de los seis temores básicos, hay otro mal del que la gente suele sufrir. Constituye un terreno abonado en el que las semillas del fracaso crecen en abundancia.
Es algo tan sutil que, con frecuencia, ni siquiera se detecta su presencia. Esta aflicción no puede clasificarse como un temor.
Es algo que se halla enraizado más profundamente y que, a menudo, resulta más funesto que los seis temores básicos.
A falta de un nombre mejor, denominemos a este mal “susceptibilidad a las influencias negativas”.
Los seres humanos que acumulan grandes riquezas se protegen siempre contra este mal. Aquel que se ve afectado por la pobreza nunca lo hace.
Los que tienen éxito en cualquier actividad han de preparar sus mentes para resistirse a este mal.
Si estás leyendo esta filosofía con el propósito de acumular riquezas, debes examinarte a ti mismo con sumo cuidado, para determinar si eres susceptible a las influencias negativas.
Si descuidas este autoanálisis, habrás renunciado a tu derecho a alcanzar el objeto de tus deseos. Haz que tu autoanálisis sea investigador.
Después de haber leído las preguntas preparadas para llevarlo a cabo, atente a un estricto recuento de tus respuestas.
Pon manos a la obra con toda la atención posible.
Como si emprendieras la búsqueda de cualquier otro enemigo del que supieras que está esperándote para tenderte una emboscada.
Y enfréntate a tus propias faltas, tal y como harías con un enemigo más tangible.
Ten en cuenta que este “séptimo mal básico” es muy difícil de dominar, porque suele golpear cuando no eres consciente de su presencia, tanto si duermes como si estás despierto.
Además, su arma es intangible, pues consiste simplemente en un estado mental.
Este mal también resulta peligroso debido a que golpea de muchas formas diferentes, tantas como experiencias humanas existen.
En ocasiones, entra en la mente a través de palabras bienintencionadas pronunciadas por un pariente cercano. Otras veces, le perturba a uno desde dentro, por medio de la propia actitud mental.
Siempre es tan mortal como un veneno, aun cuando no pueda matar con la misma rapidez.
¿Cómo Protegerse de las Influencia Negativas?
Para protegerte a ti mismo contra las influencias negativas, tanto si son de tu propia producción como si son el resultado de las actividades de ciertas personas negativas que te rodean, debes reconocer que tienes un poder de voluntad, y utilizarlo constantemente hasta que logres construir un muro de inmunidad en tu propia mente contra esas influencias negativas.
Reconoce el hecho de que tú, al igual que todo ser humano, eres, por naturaleza, perezoso, indiferente y susceptible a todas las sugerencias que armonicen con tus debilidades.
Reconoce que tú eres, por naturaleza, susceptible a todos y cada uno de los seis temores básicos, e instituye en tu actitud hábitos que te permitan contrarrestar todos esos temores.
Y reconoce que las influencias negativas actúan a menudo sobre ti a través de tu propia mente subconsciente y que, en consecuencia, resultan difíciles de detectar, por lo que debes mantener la mente cerrada contra todas aquellas personas que te depriman o te desanimen de cualquier forma.
Limpia tu armario de medicamentos, arroja todos los frascos con píldoras, y deja de ser indulgente con los resfriados, los dolores y las enfermedades imaginarias.
Busca deliberadamente la compañía de personas que influyan para que pienses y actúes por ti mismo.
No esperes problemas, ya que éstos tienen tendencia a no desilusionarte.
Sin duda, la debilidad más común de todos los seres humanos es la costumbre de abrir sus mentes a la influencia negativa de otras personas.
Esta debilidad es tanto más nociva en cuanto que la mayoría de la gente no se da cuenta de que han sido maldecidos con ella, y muchos de aquellos que la reconocen, descuidan el mal, o se niegan a corregirlo hasta que se convierte en una parte incontrolable de sus hábitos cotidianos.
Para ayudar a quienes desean verse a sí mismos tal y como son en realidad, se ha preparado la lista de preguntas del próximo Anexo.
Y aquí terminamos con el Anexo VIII del Tratamiento Metafísico para la Prosperidad.
