Pero ¿Cómo Se Empieza?
Tiene que ser una experiencia en tu vida o en alguien de tu entorno que te ha hecho asociar estos conceptos juntos.
Y no… No sólo ocurren durante la infancia. Si bien es cierto que los niños están más abiertos a una relación con otro concepto (debido a la falta de experiencias anteriores), este proceso de conexión también puede suceder en la vida adulta. Es Muy Común y Pasa Muchas Veces.
Ha sido científicamente demostrado, fisiológicamente, las células nerviosas que “se encienden” juntas, se conectan, “se alambran” juntas.
En otras palabras, si haces algo una y otra vez, esas células nerviosas crean en una relación profunda y fuerte entre si. Así que si consigues razones para estar enojado o frustrado de forma diaria, o si sufres y te das razones para ser una víctima, en realidad estás cableando y reforzando la neuro-red todos los días. Pronto, esa neuro-red formará una relación a largo plazo con todas esas células nerviosas. El resultado se llama una “identidad”. Tu comienzas a identificarse con esas emociones y conexiones, aunque ni si quiera lo desees.
Por otro lado, también sabemos que las células nerviosas que no se disparan juntas, que no “se encienden” juntas, no se conectan. Pierden su relación a largo plazo. Porque cada vez que interrumpimos ese proceso de pensamiento que produce una respuesta química en el cuerpo, las células nerviosas dejan de conectarse entre sí rompiéndose su “vínculo”. Al interrumpir el proceso de pensamiento y de observación, no por el estímulo y la respuesta, pero si cuando nos observamos e intencionalmente decidimos romper la conexión, ya NO somos el cuerpo y la mente emocional de una persona que está respondiendo a su entorno de forma automática.
Entonces, ¿Las Emociones son buenas o malas?
El propósito de la emoción es reforzar químicamente algo en la memoria a largo plazo.
Si te pido que me digas el nombre de tu maestra de segundo grado, puede ser que te tome un tiempo para pensar en su nombre, incluso que no puedas recordarlo por completo.
Pero si te pido que me digas la última vez que experimentaste angustia, estoy segura que me responderías mucho más rápido. Cuanto más fuerte es la emoción con la experiencia, más arraigado el recuerdo se volverá en la memoria.
Estas neuro-redes no sólo afectan a nuestros recuerdos y cómo conectamos nuestras experiencias con nuestras emociones, sino también afectan la química de nuestro cuerpo. Las conexiones que se realizan en el cerebro (y la emoción resultante) afectará las necesidades químicas del cuerpo.
Todo comienza en la parte del cerebro llamada hipotálamo. El Hipotálamo reúne ciertas sustancias químicas que contienen ciertas emociones que experimentamos. Estos productos químicos se corresponden con nuestra gama de emociones.
Así que hay un producto químico para la ira, la victimización y la tristeza. Existen productos químicos para el amor, la felicidad y la lujuria, así como todas las gamas de las emociones.
Hay una sustancia química que coincide con cada una de las emociones que experimentamos. El momento en que experimentamos ese estado emocional en nuestro cuerpo o en nuestro cerebro, el hipotálamo ensambla los productos químicos y los libera en el torrente sanguíneo.
Estas sustancias químicas se dispersan por todo el cuerpo y se unen a las células, alterando el estado de las células en nuestro cuerpo.
Cada célula tiene una concisión, la unidad más pequeña en el cuerpo. Estas células le dicen al cerebro lo que anhelan todos los días. Cada día, ellas le dicen al cerebro que piense en una razón por la que debemos estar deprimido, por la que debemos estar confundidos, etc. El cuerpo le dirá al cerebro que no está teniendo satisfechas sus necesidades químicas. Así, el cerebro se activa y se va a situaciones del pasado y trae imágenes a nuestro lóbulo frontal para satisfacer las necesidades de estos productos químicos.