De la misma forma en que existen arquetipos y espíritus que deben ser educados, también hay arquetipos y espíritus que pueden convertirse en guías del individuo. ¡Conozcámoslos!
¿Cómo interpretarían los sanadores espiritistas las experiencias de Jung con los espíritus?
Probablemente dirían que Carl Gustav Jung estaba desarrollando sus facultades como médium, haciendo contacto con el mundo espiritual.
Los sanadores espiritistas recalcan la importancia de educar a los espíritus ignorantes con el propósito de ayudarlos a reconocer que necesitan modificar su comportamiento y dejar de hacer daño a los individuos.
El espiritismo, al igual que la psicología analítica, sugiere que el proceso de ayuda envuelve un proceso dialéctico en donde se educan a seres transpersonales, arquetipos o espíritus, así como también se aprende de los mismos.
“Lo físico no es el único criterio de la verdad: hay también verdades psíquicas que no pueden ser explicadas ni probadas de una manera física”
Carl Jung, 1952
El primer paso en la imaginación activa es el dejar a un lado los pensamientos del ego de tal forma que el inconsciente tenga la oportunidad de emerger.
Ciertos rituales, tales como el encender una vela, son muy importantes en permitir la manifestación del inconsciente.
Es muy importante dar forma externa al contenido inconsciente a medida que va surgiendo por medio de la poesía, los cuentos, diálogo directo, pintura en barro, escritura automática, música y otros.
Apoyando la importancia del acto de imaginar se ha discutido la necesidad de la psique de “personificar”, refiriéndose a la actividad psicológica de convertir en personas psíquicas lo que experimentamos.
Similarmente, Jung (1965) declaró que personificar es una de las técnicas terapéuticas más importantes de la psicología analítica:
“Lo esencial es diferenciarse de esos contenidos inconscientes mediante la personificación de los mismos, y al mismo tiempo traerlos a una relación con lo consiente. Esa es la técnica para que se les elimine su poder. No es muy difícil personificarlos, ya que ellos siempre poseen cierto grado de autonomía.”
¿Qué son los espíritus para Carl Gustav Jung?
Carl Jung necesitaba serle fiel a la ciencia y no fue muy consistente en sus respuestas. Algunas veces él respondía como el ser humano que reaccionaba con sus sentimientos y emociones.
En otras ocasiones, respondía como el científico que no podía considerar la realidad de los espíritus.
Solamente en el desarrollo de los conceptos de arquetipos y del inconsciente colectivo surgen como un intento de explicar y entender sus experiencias con los “espíritus”.
En la autobiografía de Carl Gustav Jung, se recalca la importancia de educar a los “espíritus de los muertos” o las figuras del inconsciente. Así lo señaló:
“Muy temprano aprendí que era necesario para mí el instruir las figuras del inconsciente, o el otro grupo que usualmente no se distingue de ellos, “los espíritus de los muertos.”
Una de los pacientes de Carl Jung tuvo un sueño que representó una confirmación sobre las funciones importantes de educar a los espíritus.
Dos meses antes de su muerte, ella soñó que había entrado al “más allá” y se encontraba en un salón de clases, con varios amigos que estaban muertos sentados en las sillas del frente.
Pero no había un maestro ni un conferenciante. De pronto, se dio cuenta que ella era la conferenciante.
Y se esperaba que diera un recuento de su vida, debido a que los espíritus estaban altamente interesados en las experiencias que traían consigo los recién llegados.
Si se sustituye la frase “contenidos inconscientes” por espíritus, los sanadores espiritistas estarían de acuerdo con esta aseveración.
Una de las formas en que los espíritus pueden ser personificados es mediante la posesión de los médiums. Los espíritus pueden hablar y expresar sus deseos utilizando al médium como instrumento.
Luego de haber expresado sus deseos, los espíritus ignorantes comienzan a sentirse bien débiles. Señalan que el poder que tenían inicialmente para causar problemas ha desaparecido.
Una de las razones para que esto ocurra es debida a las oraciones de los sanadores y otras personas.
La personificación de los espíritus ignorantes es un método por el cual se elimina el poder negativo que hayan adquirido los mismos.
Además, se ayuda al cliente a diferenciar entre sus propios sentimientos, comportamientos, actitudes y la influencia de los espíritus ignorantes sobre los mismos.
De la misma forma en que existen arquetipos y espíritus que deben ser educados, también hay arquetipos y espíritus que pueden convertirse en guías del individuo.
En las curaciones espiritistas, los clientes son motivados a conocer y hacer contacto con los espíritus guías.
Jung ha descrito cuan significativo fue el tener contacto con Philemon, un arquetipo que representaba para él un tipo de “gurú.”
Philemon sería visto como el guía espiritual y recurso principal para desarrollar esas facultades. El ánima sería entendida como el espíritu que estaba enamorado de Jung en una vida anterior.
El libro “Los siete sermones a los muertos” sería interpretado como un ejemplo de escritura automática dictado por sus espíritus guías con el objetivo de educar a los espíritus ignorantes.
Dejaron a Jung en paz cuando fueron encaminados de forma apropiada.
Además, Hillman señala que la personificación protege a la psique de que sea dominada por un solo poder o fuerza.
Provee un instrumento terapéutico que facilita el que la persona admita que esas figuras le pertenecen y a la misma vez tienen su independencia.
Al personificarlas las figuras adquieren objetividad y se pueden diferenciar del inconsciente y entre ellas mismas.
Una técnica utilizada en la psicología analítica para trabajar con los complejos a través de diálogos es lo que Jung llamó “imaginación activa.”
Janet Dallet (1982) define la imaginación activa como un “diálogo con los dioses”.
No le gusta utilizar el concepto de arquetipos porque cree que las personas tienden a relacionarse intelectualmente con ellos, sin ningún sentido de lo que significan como experiencia.
Educar las figuras del inconsciente o a los espíritus y aprender de ellos envuelve en ambos sistemas el desarrollo de diálogos.
Dentro de la perspectiva junguiana, Watkins (1990) ha escrito sobre la importancia de “diálogos imaginarios” entre el yo y “otras figuras imaginarias”.
También, ha recalcado la realidad de las figuras imaginarias en la vida del individuo y la importancia de “revitalizar” el ego. Así se desarrolla la habilidad de permitir que otras voces hablen.
Dallet señaló que la práctica de la imaginación activa puede ser muy peligrosa. El peligro mayor es la posibilidad de sobrecargarse con los contenidos inconscientes.
Otro peligro radica en el potencial de inflación que ocurre cuando el cliente es poseído por los complejos.
También, existen los peligros de las fantasías que pueden ser realizadas de forma literal, cuando su significado es simbólico. Y comentó acerca de este asunto:
“La imaginación activa no crea contenidos peligrosos, pero el enfocarse en los mismos puede añadirles poderes. Los componentes existen en cualquier caso, y los mismos tienen efecto, independientemente de si son o no observados. A veces resulta más peligroso que permanezcan en el inconsciente que conocerlos por medio de la imaginación activa”
Luego de haberle dado forma a las voces del inconsciente, el ego confronta el contenido que surja.
El ego hace preguntas y presenta sus dudas, emociones, juicios y entendimientos sobre las figuras del inconsciente.
En este paso es necesario tomar una actitud moral hacia lo que proviene del inconsciente y entender el significado de ese contenido.
El paso final es llegar a conclusiones y ponerlas a funcionar en la vida cotidiana, aceptando responsabilidad por uno mismo.
Las sesiones espiritistas son un buen ejemplo del uso de imaginación activa en grupos debido a que la meta principal de la sesión espiritista es tener un diálogo con los espíritus:
- La primera fase de la sesión, llamada “preparación de atmósfera”, consiste de actividades como el encender una vela, limpieza del cuarto y asegurarse que cada médium tenga papel y lápiz (Delgado, 1983). Las oraciones ayudan al participante a concentrarse en los buenos espíritus. Esta fase inicial es similar al primer paso de la imaginación activa. Luego de las oraciones cada médium es poseído por un guía espiritual.
- En la próxima fase, algunos médiums son poseídos por espíritus ignorantes, mientras otros comienzan a tener visiones y revelaciones. Esta fase es análoga al paso de la imaginación activa en donde el material inconsciente comienza a manifestarse. El mundo espiritual inspira a los médiums a escribir mensajes o a dibujar figuras. Estas actividades de escribir y dibujar son esenciales en el proceso de imaginación activa.
- La interpretación envuelve a un médium que es poseído con un espíritu que aflige a un cliente, y el cliente, junto con los médiums auxiliadores y otros miembros del grupo, preguntan al espíritu a través de este médium.
- Las preguntas pueden cubrir un intervalo amplio de tópicos, pero generalmente se enfocan en descubrir las razones por las cuales el espíritu le está causando problemas al cliente. Cuando esto se explica en términos de la terapia jungiana, esta fase de las sesiones espiritistas envuelve la confrontación del ego con el material inconsciente que ha surgido. Luego de esa confrontación, el sanador comienza a implementar el tratamiento para el cliente.
Carl Gustav Jung considera la idea de que los espíritus no son sólo manifestaciones arquetipales, sino que son reales.
Más aún, asevera que los espíritus tienden a “mezclarse” con los arquetipos. Esto tiene implicaciones para ambos sistemas de curación.
Si los espíritus, arquetipos y los espíritus-arquetipos, unión de espíritu con arquetipo, son reales, ¿cómo podemos diferenciar entre ellos? ¿Aparecen los espíritus como complejos en la terapia jungiana?
¿Acaso los sanadores espirituales utilizan métodos que ayudan al cliente a integrar complejos? ¿Aparecen los complejos como espíritus en las sesiones espiritistas?
Susan Castro Rodríguez
http://letralia.com/firmas/castrorodriguezsusan.htm