Situación 10: Consciencia Familiar
1º ¿Qué siento con todo mi ser afectivo, con mi mente, alma y corazón, hacia mi papá?
¿Qué tengo que reclamarle en relación a su comportamiento conmigo en mi niñez?
¿Por qué debo entender que él hizo conmigo lo mejor que podía hacer como papá, tomando en cuenta que actuó de acuerdo a su grado de consciencia y de evolución?
¿Qué debo cambiar en mi actitud hacia mi papá?
¿Qué debo hacer para sanar lo que haya desajustado en nuestra relación familiar?
¿Cuáles aspectos específicos debo analizar, enfrentar y actuar?
¿Dónde están los puntos más sensibles y cuál es el camino para su solución?
¿Quiénes pueden y deben participar en este proceso de sanación y cómo?
¿Cómo debo utilizar la comprensión y el perdón para que el amor fluya libremente?
¿Cuándo voy a hacer lo que tengo que hacer para ser solución y no problema?
2º Plantear los mismos interrogantes y otros que puedan surgir en mi relación con mamá. En ambos casos, por separado, luego de plantear las preguntas, cierro los ojos y siento que me conecto con la Energía del Universo y en la medida en que me vaya llegando la información, la voy escribiendo en mi libreta. Esta misma dinámica la puedo usar para sanar mis relaciones con hermanos, tíos, abuelos y otros familiares.
Una variante interesante y efectiva es la de colocar dos sillas, una frente a la otra. Sentarse en una y visualizar que en la otra está la persona con la que quiero sanar mi relación. Le formulo una pregunta y a continuación me siento en la silla de enfrente y respondo con los argumentos, la vehemencia y la pasión con que ella me respondería. Cambio nuevamente de posición y continúo con mis argumentaciones, críticas y reclamos que considero convenientes. Vuelvo a ubicarme en la silla de enfrente y como la otra persona, expreso con profundo sentimiento sus razones.
Repito este procedimiento cuantas veces considere necesario hasta concluir en la necesidad de tener una relación basada en el respeto, tolerancia, comprensión, perdón y amor, con equidad, igualdad y humildad, manifestando, por ejemplo, que elijo dejar de ser víctima y libero a mis padres de toda culpa asumiendo la total responsabilidad de mi vida. Que los dejo en libertad a la vez que les agradezco profundamente por la vida que me dieron y que entiendo que ellos también fueron maltratados y no pudieron hacer algo diferente para mí. Por eso, lo amo, los honro y los respeto. Les pido su bendición si yo lo hago diferente y no maltrato a los míos.